Comentario
El hallazgo en 1838 en tierras almerienses (sierra Almagrera) de importantes yacimientos de plomo y plata, despertó el interés en toda la costa murciana por unos recursos mineros que habían tenido una gran importancia en la antigüedad, pero que estaban casi olvidados en aquellos momentos. Como no se permitía la exportación del mineral en bruto, junto al puerto de Cartagena empezaron a surgir las primeras fundiciones (en 1850 eran ya 38). Mientras tanto, había ido avanzando rápidamente la actividad extractiva por las sierras litorales; desde el poniente almeriense pasaba a Mazarrón y, a continuación, se extendía por la que sería llamada Sierra Minera, en la parte oriental del término de Cartagena. El rápido desarrollo de los asentamientos mineros de esta sierra, motivaría poco después la creación allí del término municipal de La Unión.
Las primeras explotaciones fueron labores superficiales que aprovechaban los escoriales dejados por los romanos, pero luego se fue complicando el proceso de extracción del mineral, conforme desaparecía el más accesible y fácil de trabajar.
La mano de obra de estas minas procedía de la propia comarca del Campo de Cartagena, de las limítrofes y, en no poca cantidad, de las zonas de Almería donde había surgido el fenómeno. Las condiciones de trabajo, muy duras desde el principio, empeoraron aun más cuando hubo que buscar el mineral cada vez a más profundidad.
En el presente documento aparecen los trabajadores de la mina Josefita, situada en el collado de Don Juan, al norte de la Peña del Águila, en la diputación rural del Beal. Puede apreciarse la procedencia almeriense de la mayoría de ellos (Huércal-Overa), y llama la atención la edad de los "muchachos de gavia", encargados de acarrear el mineral por las galerías.