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Viernes 26 Noviembre 2021 | Visto: 503 veces
La educación moral en una escuela laica. Bajo este título se desarrolló el 7 de abril de 1936 en la Sociedad Económica de Amigos del País de Cartagena, una conferencia impartida por María de Maeztu, directora fundadora de la Residencia de Señoritas, miembro del Consejo Nacional de Cultura, profesora de la Facultad de Filosofía en la Universidad Central y una de las primeras mujeres españolas que estudiaron en la Universidad. El acto estuvo organizado por la Universidad Popular de Cartagena que como de costumbre, en aquellos momentos, incorporaba a su cátedra de extensión universitaria, los más firmes valores de la intelectualidad nacional.
Su estancia en Cartagena, propiciada por Carmen Conde, estuvo centrada en la conferencia antes citada, hizo la introducción, el Presidente de la entidad organizadora del acto, el doctor Manuel Más Gilabert, ya en el uso de la palabra la educadora anunció que más que una conferencia, lo que iría a explicar es una lección como las que expone durante los cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid. Todos los puntos abordados en su disertación se centraron en la Moral; fundamentos y principios en que se basa; elementos de la moral; formación de la conciencia moral y enseñanza de la moral desde una escuela pública. Sin sectarismo, y si con una visión de amplísimos horizontes, fue desarrollando cada una de estos puntos con claridad en las ideas y facilidad en la expresión de las mismas, sobresaliendo, en su disertación la llamada a la convivencia, a la concordia social. Algo realmente importante a pocos días del comienzo de la Guerra Civil. Terminó glosando unos conceptos de Francisco Giner de los Ríos, los cuales le sirvieron a la conferenciante para cerrar su lección con una esperanza: la de que estamos en la formación de un mundo nuevo y mejor que el actual, en el que la moral rija y ordene la vida de los hombres. La numerosa y escogida concurrencia, premió con calurosos aplausos a María de Maeztu, que concluyó explicando su postura frente a la liberación de la mujer: “Soy feminista; me avergonzaría no serlo, porque creo que toda mujer que piensa debe sentir el deseo de colaborar como persona, en la obra total de la cultura humana.”