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Lunes 16 Julio 2018 | Visto: 685 veces
16 de julio de 1815
De la pluma de Casal-Crónicas Cartageneras-Federico Casal 16 de julio 1815. Nace el Marqués de Valmar.
Nace en Cartagena el ilustre diplomático y literato don Leopoldo Augusto de Cueto, Marqués de Valmar.
Hijo del brigadier de Artillería Gonzalo Cueto y de María Dolores López de Ortega y Prado, nace en Cartagena el 16 de Julio de 1815, su infancia la pasa en nuestra ciudad hasta que marcha a Granada, origen de su familia. Recibe una esmerada educación, primero en Murcia en el Seminario de San Fulgencio y posteriormente un doctorado en Jurisprudencia en la Facultad de Derecho de Sevilla. En 1833 ingresa en la carrera diplomática figurando como agregado a la embajada española en París. Allí contrajo matrimonio el 9 de junio de 1837 con María del Amparo Fernández de Cáceres y Quintanilla, de ilustre familia sevillana, con la que tuvo dos hijas, Flavia y Jimena. Durante toda su vida mantuvo una estrecha relación con su hermana Encarnación Cueto, esposa del duque de Rivas.
Diplomático y político. En varios períodos de su vida desempeñó importantes misiones diplomáticas en La Haya, Brasil, Lisboa, Atenas y Copenhague. En 1850 es enviado a Washington como ministro plenipotenciario: la Reina Isabel y el gobierno español se fiaban absolutamente de su habilidad para encargarle una delicada misión, que pudo llevarla a feliz término, aunque una inoportuna caída de un carruaje estuvo a punto de hacerle perder la razón y la vida.
El embajador de los Estados Unidos en Madrid, Pierre Soulé, estaba desarrollando una política agresiva contra España por la posesión de Cuba. Valmar evitó un fatal desenlace político y bélico al disuadir a los norteamericanos para que no interviniesen en los asuntos de la isla, defendiendo el derecho de España a vigilar militarmente y si restricciones aquellos mares. Por este éxito fue recompensado por la reina Isabel, que además era amiga personal de nuestro conciudadano, no en vano la propia Reina pasaba algunas jornadas de verano en la residencia que Valmar tenía en la localidad guipuzcoana de Deva, llamada Aguirreche. En política llegó al cargo de subsecretario y ministro de Estado. En 1864 fue nombrado mayordomo de palacio y senador vitalicio, pero el advenimiento de la Revolución de 1868 y su fidelidad isabelina le hizo alejarse definitivamente de la política, entregándose por entero a los estudios literarios a los que siempre le había llevado su afición y en los que tanto se distinguió.
Escritor y académico. Desde muy joven había desarrollado una gran actividad literaria solo interrumpida por sus actividades políticas y diplomáticas. Cultivó el teatro con el drama histórico 'Doña María Coronel' o 'No hay fuerza contra el honor' (1844) y la tragedia clásica con 'Cleopatra' (1845), no representada. Reunió su producción literaria bajo el título de 'Poesías líricas y dramáticas' (1900). Fue un lírico elegante, cuyos temas fundamentales son el amor, la religión y la patria. También cultivó la historia escribiendo una Biografía del Conde de Toreno y fue crítico teatral de 'El Piloto' y del 'Semanario Pintoresco Español'. Pronunció diversos discursos, destacando el dedicado a Quintana en su ingreso en la Academia de la Lengua en 1858 de la que fue secretario y tesorero. Pero quizás su mayor prestigio lo alcanzó como filólogo y crítico literario, por dos obras: la edición de 'Las Cantigas de Alfonso X el Sabio (1889)' y 'El Bosquejo histórico-crítico de la poesía castellana del siglo XVIII (1893)', que precedía a la también memorable e incluso todavía útil edición de la misma en tres gruesos volúmenes de la Biblioteca de Autores Españoles. El marqués de Valmar falleció en Madrid el 20 de enero de 1901, a los 85 años de edad, retirado desde hacía mucho tiempo de la vida pública, recluido en su domicilio cuidando de su esposa.
El Ayuntamiento de su ciudad, en sesión de 29 de agosto de 1896, acordó por unanimidad que el nombre de la calle Balcones Azules fuese sustituido por el de Marqués de Valmar, y que un retrato suyo fuera colocado en el salón de sesiones